Sunday, October 22, 2006

Conspiranoias Conservadoras Contradictorias

En este texto voy a tratar de exponer las varias contradicciones, puntos y razones por las que, a mi escaso entender y malnutrido por la escasa información que la falta de interés en el asunto me proporciona, Las conspiranoias creadas por derechistas, Peones negros y media sin vínculo político, pero con mucho vínculo político en base a los terribles atentados del 11-M caen por su propio peso. Para ello voy a tratar de obtener ciertos puntos relevantes de dichos cuentos de hadas, sacándolos de esas páginas amarillas, amarillas no tanto por su relación con la guía telefónica, como por lo sensacionalista de sus invenciones. No obstante, quiero empezar por la esencia misma de la idea de la conspiración, y especialmente con un perfil de lo que es el conspiranoico típico.

El Conspiranoico

Ante todo, debo decir que este perfil se basa única y exclusivamente en mi opinión personal, basada en lo escaso, por insoportable, que he leído en la Web de los Peones Negros, que abanderan a nivel de ciudadano de la calle el movimiento conspiranoico. Hay varios detalles que he notado y que son definitorios a la hora de comprender sus propósitos.

El primero de ellos es la inequívoca tendencia política de los entusiastas de las teorías conspiracionistas: Todos, sin excepción, son de derechas. No es difícil comprobarlo dada la animadversión que sin ningún disimulo muestran hacia el partido político y el presidente en el Gobierno mediante chanzas y burdos juegos de palabras, a los que tanto tiempo dedican para cambiar el nombre de Zeta Pe a zETAp, o para transformar las siglas del PSOE a Partido Sospechoso Once Eme. Se diría que dedican tanto tiempo a “investigar la verdad” como a mostrar su desprecio por el gobierno vigente, lo que no ayuda en absoluto a probar la neutralidad política de la que tanto alardean. Aunque de eso hablaremos más tarde.


Segundo, la falsa búsqueda de la verdad: Muchos claman a los cuatro vientos buscar la verdad, aunque es evidente que muchos conspiranoicos ya operan en base a una verdad determinada alrededor de la cual orbitan todas la líneas de investigación con las que trabajan: La convicción de que el PP (su partido político), fue expulsado ilegítimamente del gobierno por un contubernio ETA-GAL-PSOE-etc. Como ya he dicho, los conspiranoicos barajan varias posibilidades, aunque sólo son variantes de la idea original, de cuya conclusión no se separan: Pueden tener la certeza de que todas las líneas de investigación con las que trabajan desembocan en el mismo mar: Que el culpable del 11-M fue el PSOE en contubernio con ETA.


Tercero, el aire militarizado que se desprende de sus escritos: Puede ser por tener yo un trasfondo militar que percibo ciertos dejes, ciertos hábitos, que me recuerdan a la jerga militar: Mensajes en tonos evocadores con tintes de disciplinada lealtad al líder, arengas unificadoras en las que todo se hace en primera persona del plural (“tenemos que…”, “Debemos…”, “No podemos…”) e incluso mensajes informando de los eventos realizados que parecen auténticos “informes del frente”. Todo ello, por supuesto, aderezado con la propaganda y el afán reclutador de todo ejército en guerra.


En cuarto lugar, lo que en E.E.U.U. llaman el “Catch 22”, una expresión que se aplica en las situaciones en las que, independientemente de la decisión tomada, el resultado es el fracaso. Es habitual entre los conspiranoicos del 11-M el situar a sus oponentes, siempre teniendo en cuenta que a este juego sólo juegan ellos, en una situación de “Catch 22”: El ejemplo genérico más claro es cuando requieren una reacción del gobierno para sus inquisidores (y a veces inquisitoriales) planteamientos: Si el gobierno calla, es porque oculta algo, y si habla, es porque está nervioso; En cualquier caso, los conspiranoicos siempre ganan porque la determinación no alberga una intención sincera de escuchar lo que el gobierno tiene que decir, sino de condenarlo haga lo que haga y diga lo que diga.


Estos cuatro puntos son fácilmente perceptibles a simple vista, y hacen de su lugar de intercambio de impresiones, un lugar en el que según ellos “se investiga la verdad”, un lugar destinado realmente a insultar al gobierno legítimamente establecido, a cuestionar a toda institución democrática que ellos no estimen favorable a la teoría conspiratoria, y lo más interesante, a buscar, estudiar y validar únicamente las teorías que se presenten útiles en su lucha contra el gobierno del PSOE.


¿Cuál es mi opinión? Mi opinión es que los conspiranoicos no persiguen la búsqueda de la verdad, sino que tan sólo trasiegan con la posibilidad de derrocar al gobierno mediante una campaña de desgaste como la orquestada en 1.996 y que tan buenos frutos les dio en su momento. Huelga decir que el hecho de que el sabotaje mediático esté orquestado por medios que también participaron en el derrocamiento del 96 no es ninguna casualidad.

Pasemos ahora a analizar superficialmente la esencia de la teoría conspiratoria y sus numerosas contradicciones:




1. Los Torpes Infalibles


De entrada, la idea de la existencia de una conspiración del calibre que la derecha nos quiere hacer creer, con tal número de implicados y con una planificación en la que está prevista hasta la más mínima reacción humana, instintiva o no, con un margen de error nulo es sencillamente absurda: La idea que nos quieren vender es que una cantidad ingente de personas y organizaciones se coordinaron de tal manera y planificaron un derrocamiento del partido en el gobierno con una precisión tal que todos los imprevistos, todas las reacciones, tanto de los implicados como de los afectados, y todos los movimientos se habían considerado y estaban previstos*. O dicho de otra manera: Que “alguien”, con bastante anterioridad al 11 de Marzo, sabía qué bombas iban a explotar y qué bombas no iban a explotar, cómo iban a reaccionar los políticos, tanto de un bando como de otro, conocía la reacción de la ciudadanía hasta el punto de poder garantizar la asistencia inequívoca a las convocatorias espontáneas del “pásalo”, y por supuesto conocía de antemano los efectos electorales que ello iba a provocar y cuales iban a ser los movimientos en los años siguientes al atentado. Resumiendo: que ese alguien conocía el futuro.

Creo que no soy el único en echar de menos en esta ecuación el factor de la imprevisibilidad humana, la posibilidad por error humano de que algo saliera mal y demás contingencias que surgen cuando se ha de planificar algo que implica a varias personas y cuya posibilidad de error aumenta cuantas más personas se implican en el plan; Lo que nos explican los conspiranoicos es que alguien trazó para esos días un plan que no ha fallado en lo más mínimo durante dos años.

Y aquí nos encontramos con la primera contradicción: La contradicción primigenia por excelencia: Los mismos que por un lado nos tratan de convencer de que el 11 de Marzo se consumó un plan impecablemente ejecutado, cubriendo todas las contingencias y previendo todas las reacciones humanas, son los mismos que por el otro lado parecen estar basando sus increíbles teorías en las fisuras que dicho plan presentaba. Supongo que no es necesario decir que, obviamente, el conspiranoico se escora de un lado a otro según convenga, reforzando la teoría “atentado perfecto” cuando lo que se persigue es el victimismo, o la de los “Fallos garrafales” cuando les invade el triunfalismo y el mensaje que se ha de transmitir es el de que la audacia conspiracionista vence a la infinita villanía de los criminales.

La idea en general es que el conspiracionista siempre acaba desmantelando la ocultísima trama del conspirador, una actitud pseudoheroica muy habitual en los conspiracionistas de los que hablamos a los que podríamos atribuir una percepción que en muchos casos raya, e incluso pasa los límites de lo sobrenatural, o una imaginación muy nutrida. La cuestión es que las líneas de investigación suelen ser de lo más rocambolesco, y casi nunca respaldadas por pruebas. Cuando se aportan pruebas, son tan volátiles que generalmente la primera pregunta que se les formula al respecto desarma toda la historia (aunque eso no sea óbice para que el conspiranoico continúe creyendo ciegamente en su veracidad.

*(Lo que me lleva a pensar, ¿Era tan previsible la ineptitud del gobierno del PP en la gestión de la crisis? Dejando de lado que sí, que teniendo en cuenta cómo se gestionaron las crisis del Prestige y del Yak-42 lo más previsible en este caso es que tendieran a la postura más ratera y más propia del que quiere salvar el pellejo propio. Aún así, desbaratar la presunta conspiración hubiera sido tan fácil como tener un mínimo de honestidad que a fecha de hoy aún no ha salido a la luz. Aún en el caso de que dicha conspiración existiera, ésta se basaba en una premisa tan segura como que el PP no iba a recurrir al juego limpio para salir airoso de la situación, lo que sigue colocando como principal culpable de la derrota del PP en los comicios del 14 de Marzo única y exclusivamente al propio PP y a su nefasta gestión, tanto como si hubo conspiración como si no la hubo.)


2. Uno para todos, todos contra Uno


Otro detalle que me llama mucho la atención es la variedad de personajes implicados en la trama, no variados, sino directamente antagonistas: Una nueva edición del GAL, un grupo antiterrorista especialmente creado para eliminar a ETA esquivando los procedimientos legales, aliado con el grupo terrorista cuya eliminación es su misma razón de ser… Delincuentes asociados con policías (“Son policías corruptos”, dicen) que asimismo están al servicio del PSOE, incluso cuando es el PP el que está en el gobierno, y eso por no mencionar la enorme improbabilidad de la existencia o creación de dichos grupos; Según la teoría conspiranoica, tenemos:

-La creación de un nuevo grupo antiterrorista al margen de la ley, continuación de un grupo original por el que varios dirigentes del PSOE fueron juzgados y condenados,

-La connivencia de un grupo terrorista, antagonista y objetivo del anterior y por lo tanto incompatible,

-Delincuentes al margen de la ley, simples rateros a los que por un lado se les puede comprar con dinero, mientras que por el otro se les atribuye la capacidad de mantener una lealtad más allá que la del dinero.

-Policías en el ministerio del Interior (PP), pero operando como agentes dobles/espías/infiltrados del PSOE en el sistema.

Como ven, la trama explicada a grandes rasgos muestra ya varios aspectos bastante ilógicos: Éstos cuatro grupos son tan claramente dispares que confiar en la infalibilidad del plan basándose en la certeza de que el choque de criterios no va a producirse es sencillamente descabellado.


3. Las víctimas del 11-M como escudo palestino


Seguro que muchos recuerdan la imagen de la población palestina arrambándose al ya difunto Yasser Arafat como un escudo humano voluntario contra las amenazas proferidas contra él… pues bien: Los conspiranoicos tienen un escudo propio, aunque no voluntario: Las víctimas del 11-M; Éllas (preferiblemente las que callan o les apoyan; A Pilar Manjón la consideran una especie de Anticristo) conforman la bandera bajo la que presuntamente luchan los conspiranoicos, pero especialmente sirve, más que de bandera, de escudo: Cualquier ataque proferido contra los conspiranoicos se convierte, de boca de los mismos, en un ataque a las víctimas a las que dicen representar (aunque dichas víctimas nunca hayan delegado su opinión en semejantes malandrines). Esto se asemeja sospechosamente a una situación con rehenes: Si atacas al secuestrador, lo más probable es que también dañes al secuestrado que éste usa como escudo humano, de modo que si no te quieres sentir culpable, lo mejor es no atacar al secuestrador y arriesgarte a herir al secuestrado.


En cualquier caso y pese a clamar que las víctimas del 11-M son sus defendidos y no una mera herramienta política arrogada por la cara, se vislumbra que, en efecto, los conspiranoicos ejercen una defensa espartana de las víctimas, pero no las del 11-M, sino las del 14-M. Es decir: el PP.

Sí, el PP es la víctima a la que los conspiranoicos realmente defienden, y su vuelta al poder incluso mediante sabotaje al entorno democrático y al sistema establecido es el objetivo al que van orientados todos sus esfuerzos. Se percibe en muchos casos que tras toda esa diatriba heróico-mártir de la causa subyace la firme creencia de que el único partido capacitado y digno de gobernar este país es el PP, y la consecución de ese fin, pasando lógicamente por la ilegitimación sistemática de todos los otros partidos y sus prácticas, independientemente de lo beneficiosas que sean para la sociedad.

Saturday, October 21, 2006

Aznar es el culpable.

En este blog voy a ir colgando todo lo que publico en Pezones Blancos.